Cómo preparar roscón de reyes tradicional
En cada rincón del mundo, la llegada de la temporada navideña trae consigo una explosión de sabores y tradiciones que elevan la magia de las celebraciones. Entre las delicias que adornan las mesas festivas, el Roscón de Reyes destaca como un manjar emblemático que encierra en cada mordisco la esencia de la alegría y la esperanza.
Esta receta, que ha perdurado a lo largo de los siglos, no solo deleita nuestros paladares, sino que también nos sumerge en una historia fascinante llena de significado y curiosidades.
Origen del roscón de reyes
En medio de la emoción y la ansiedad que embarga a los más pequeños en estos días previos a la llegada de los Reyes Magos, el mítico Roscón de Reyes se erige como una promesa de dulzura y alegría, especialmente necesarias en un año que ha desafiado la rutina y las oportunidades de juego para los niños. Mientras aguardamos con expectación las sorpresas que dejarán Sus Majestades en nuestros hogares, la mente de muchos, jóvenes y adultos, ya se deleita anticipadamente con uno de los manjares más esperados de la temporada navideña.
La historia del Roscón de Reyes es una travesía que se remonta a tiempos antiguos, conectando la esencia de las celebraciones cristianas con las tradiciones paganas que lo vieron nacer. En este viaje, el roscón ha evolucionado desde su forma inicial en las saturnales romanas hasta convertirse en un símbolo culinario arraigado en la cultura de diferentes países.
Orígenes y curiosidades
La tradición de consumir el Roscón de Reyes para celebrar la Epifanía del Señor se entrelaza con la «manifestación» de Jesucristo en el mundo, según narra el Nuevo Testamento. Sin embargo, este manjar no encuentra sus raíces en las festividades cristianas, sino en las saturnales romanas, donde era compartido entre amos y esclavos para celebrar la llegada de días más soleados tras el solsticio de invierno.
El haba, que hoy se asocia a cierta desventura al ser encontrado en el roscón, tenía entonces un significado opuesto: el esclavo que lo descubría era honrado como el «Rey de reyes» y recibía un día libre.
En sus inicios, alrededor del siglo II, el roscón tenía forma redonda de torta y estaba compuesto por higos, dátiles y miel.
En la actualidad, el debate sobre las frutas confitadas que adornan el Roscón persiste, dividiendo opiniones entre quienes las prefieren y quienes optan por quitarlas. La receta contemporánea se enriquece con rellenos de chocolate, nata, crema o trufa, añadiendo capas de sabores a esta tradición culinaria.
Una tradición compartida
La influencia del Roscón de Reyes se extiende más allá de nuestras fronteras. En Francia, celebran ‘Le Roi de la Fave’ (El Rey del haba), y en Portugal, se le conoce como ‘Bolo Rei’ (El pastel del Rey). Aunque los ingredientes varían, la tradición de compartir este delicioso postre el 6 de enero permanece intacta.
En México, la tradición llegó en el siglo XVI desde España, y el Roscón se disfruta como merienda en lugar de desayuno. ¿Quién será el afortunado en encontrar la figura del roscón y recibir suerte, prosperidad y fortaleza? Y, por otro lado, ¿quién se enfrentará al haba y deberá asumir la responsabilidad de costear el dulce?
En estos tiempos difíciles, las tradiciones gastronómicas como el Roscón de Reyes se convierten en un legado invaluable, transmitido de padres a hijos.
Este año, a pesar de las vueltas que nos ha dado la vida, la magia sigue viva y la celebración del nuevo año con los seres queridos se llena de dulzura con el buen Roscón de Reyes. Que la figurita del Roscón nos traiga mucha suerte y alegría, y que esta tradición tan nuestra siga siendo como un faro de esperanza que ilumina cada rincón de nuestras mesas. ¡A brindar por el Roscón y por los buenos momentos que nos esperan!
Receta de roscón de reyes
El Roscón de reyes, esa deliciosa joya de la repostería navideña, no solo es un manjar lleno de significado, sino también un desafío culinario que requiere paciencia y amor por la tradición. Aquí te compartimos un paso a paso de esta receta, desvelando los secretos para crear tu propio Roscón y deleitar a tu familia con esta maravilla culinaria.
Masa madre:
- En un tazón, diluye 12,5 gramos de levadura fresca en 100 ml de leche tibia.
- Agrega 130 gramos de harina de fuerza y una cucharadita de azúcar a la mezcla.
- Obtén una masa homogénea y deja fermentar. Puedes verificar la fermentación sumergiéndola en agua tibia hasta que flote o dejándola reposar en un lugar cálido cubierta con un paño, hasta que doble su tamaño (aproximadamente 2 horas).
Masa base del Roscón:
- En un tazón grande, mezcla 2 huevos, 125 gramos de azúcar, una pizca de sal, 12,5 gramos de levadura fresca, 100 ml de leche tibia, 100 gramos de mantequilla pomada, el aroma elegido (esencia de azahar, ralladura de limón o naranja, anís) y la masa madre fermentada.
- Añade 500 gramos de harina de fuerza y mezcla todos los ingredientes hasta obtener una masa pringosa.
- Amasa la masa hasta que adquiera consistencia. Déjala fermentar en bloque en un lugar cálido hasta que duplique su tamaño.
Formación del Roscón:
- Divide la masa en dos partes iguales y bolea cada una.
- Deja reposar las bolas durante 5 minutos para relajar la masa.
- Forma los roscos colocando un vaso o aro engrasado en el centro.
- Deja fermentar nuevamente cubierto con un paño hasta que duplique su tamaño. Coloca el roscón sobre la bandeja de horno para evitar movimientos.
Sorpresas y decoración:
- Antes de la segunda fermentación, coloca sorpresas envueltas en film o papel de aluminio dentro del roscón.
- Precalienta el horno a 200ºC.
- Después de 3-4 horas, retira con cuidado el aro del centro y pinta el roscón con huevo y leche.
- Decora con frutas confitadas y azúcar humedecido formando grumos.
- Hornea a 180ºC durante 15-20 minutos. Si la superficie se dora demasiado, cúbrelo con papel de aluminio.
- Deja enfriar en la bandeja y luego transfiere a una rejilla.
¡Y voilà! Disfruta del aroma y sabor de tu propio Roscón de Reyes, lleno de magia y tradición.
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