En el post de hoy os voy a contar cómo fue mi segundo embarazo, concretamente el día del parto.

Emma nació el 17 de enero (el 17-01-2017, será difícil no acordarse) un poco antes de las 19.00 de la tarde. Sobre esas horas empezó a nevar en Alcoy, me acuerdo de ver los copos caer por la ventana.

Las contracciones empezaron la noche anterior, no eran dolorosas ni seguidas pero estaban ahí. Sobre las 08:00 le envié un whatsapp a mi madre para que se acercara a casa.

A las 12 nos acercamos al hospital porque llevaba una hora con contracciones cada 5 minutos, y como si de una broma se tratara una vez allí las contracciones se distanciaron así que me enviaron de nuevo a casa.

Después de comer, sobre las 15:00 las contracciones volvieron a ser muy frecuentes y más dolorosas. Una vez en el hospital me pasaron a un paritorio tan grande como el comedor de mi casa, y tras dos horas de fase de dilatación llegó el momento.

El parto fue muy natural, sin epidural, sobre el sofá rojo del fondo y agarrada de los fulares del techo mientras gritaba discretamente de dolor…

La siguiente foto muestra parte del paritorio.

Mi segundo embarazo: el día del parto

A diferencia del primer parto no hubo episiotomía, nadie empujó mi barriga para acelerar la salida (práctica Kristeller) y en la sala sólo estaban presentes la matrona y una auxiliar, no medio hospital. Tras el nacimiento me pusieron a Emma encima piel con piel, cortaron el cordón umbilical cuando dejó de latir y antes de abandonar el paritorio ya se había cogido al pecho. Vamos que ésta vez si que siguieron a rajatabla el protocolo que recomienda la Organización Mundial de la Salud. De hecho la OMS reconoció el trabajo realizado por las matronas del Departamento de Salud de Alcoi, premiando su «Manual de Funcionamiento de Paritorio y la atención de la matrona al cribado y la urgencia obstétrica».

A pesar de haber asistido a la reunión informativa necesaria para recibir la anelgesia epidural, las circunstancias me llevaron a un parto natural. Fue toda una experiencia inesperada!

He tenido la suerte de poder vivir un parto con y sin epidural, en hospitales distintos y con funcionamientos distintos. Ambos han sido toda una experiencia y forman parte de mi vida para siempre.

Si alguna vez tuviese otro hijo, que no creo que se de la ocasión, elegiría tener un parto natural a pesar del dolor que conlleva. Creo que todo fluyó con más naturalidad, se me tuvo más en cuenta, pude controlar mucho más la situación y mi recuperación fue mejor.

Espero que os haya resultado interesante el post. Nos vemos pronto!!