Consejos prácticos para que nuestros hijos puedan llevar frutas cortadas al colegio

Llevar una alimentación equilibrada y saludable es esencial para el desarrollo y bienestar de los niños, y la fruta juega un papel fundamental en este proceso. A pesar de ello, muchos padres se enfrentan al desafío de lograr que sus hijos coman suficientes frutas a diario, especialmente en el entorno escolar.

Una solución práctica y atractiva es enviar frutas cortadas para que las disfruten durante el recreo o las excursiones. Sin embargo, las frutas tienden a oxidarse y perder frescura rápidamente, lo que puede desmotivar a los niños a consumirlas.

En este artículo, exploraremos algunos consejos prácticos para garantizar que las frutas cortadas mantengan su sabor, frescura y atractivo, de manera que los niños puedan disfrutar de un snack saludable y delicioso durante el día escolar.

La importancia de la fruta en la dieta de los niños

Las frutas son fundamentales en la dieta de los niños debido a su contenido en vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se recomienda el consumo de al menos cinco porciones de frutas y verduras al día. Este hábito alimenticio no solo contribuye al crecimiento y desarrollo, sino que también refuerza el sistema inmunológico, protege contra enfermedades y favorece una mejor digestión.

El consumo regular de frutas está asociado con la prevención de enfermedades crónicas, la mejora en el metabolismo del colesterol y la disminución de la presión arterial. Además, las frutas aportan energía de forma natural, lo que es esencial para que los niños se mantengan activos y concentrados en sus tareas diarias.

Desafíos de llevar fruta cortada al colegio

Cuando enviamos frutas cortadas al colegio, nos encontramos con el problema de la oxidación. Frutas como las manzanas, peras o plátanos suelen oscurecerse en poco tiempo debido a un proceso conocido como «pardeamiento enzimático«, que ocurre cuando las enzimas de la fruta entran en contacto con el oxígeno. Aunque esta oxidación no afecta el valor nutricional, el aspecto visual de la fruta puede volverse menos apetitoso para los niños, lo que lleva a que rechacen comerla.

A continuación, ofrecemos algunas estrategias para evitar este problema y asegurarnos de que la fruta cortada se mantenga fresca y apetecible hasta la hora de la merienda.

1. Utiliza cítricos para evitar la oxidación

Uno de los métodos más efectivos para prevenir la oxidación de las frutas es rociarlas con jugo de limón o naranja. Los cítricos contienen ácido ascórbico, que retrasa el proceso de pardeamiento al neutralizar las enzimas responsables de la oxidación. Simplemente corta la fruta en trozos y añade unas gotas de limón o naranja antes de guardarla en un recipiente hermético. Este método funciona especialmente bien con manzanas, peras y plátanos.

Consejo adicional: Si tus hijos encuentran el sabor del limón demasiado ácido, puedes diluir el jugo en un poco de agua antes de rociar la fruta.

2. Envolver la fruta en papel húmedo

Otra técnica para mantener la frescura de la fruta cortada es envolverla en una servilleta de papel ligeramente humedecida antes de colocarla en el táper. Este truco crea una barrera protectora que minimiza la exposición al aire y previene que la fruta se reseque.

Asegúrate de que el papel no esté demasiado mojado, ya que podría pegarse a la fruta y resultar incómodo para los niños al comer.

3. Elegir utensilios adecuados

El tipo de cuchillo que utilices para cortar la fruta también influye en el proceso de oxidación. Asegúrate de utilizar cuchillos de acero inoxidable en buen estado y sin signos de óxido, ya que los cuchillos oxidados pueden acelerar la descomposición de la fruta. Un cuchillo bien afilado hará cortes limpios, lo que reducirá la cantidad de superficie expuesta al aire y, por lo tanto, la velocidad de oxidación.

4. Usar bolsas de vacío o recipientes herméticos

El uso de recipientes herméticos o bolsas de vacío es crucial para conservar la frescura de la fruta. Estos recipientes evitan que el aire entre en contacto con la fruta, lo que ralentiza la oxidación. Las bolsas de vacío son especialmente eficaces, ya que eliminan todo el aire alrededor de la fruta, preservando su color y textura durante más tiempo.

5. Frutas que resisten mejor la oxidación

Aunque muchos padres optan por frutas como manzanas o peras, hay otras frutas que resisten mejor la oxidación. El kiwi, la piña, el mango y la papaya son excelentes opciones, ya que se mantienen frescos y conservan su sabor incluso después de ser cortados. También puedes optar por frutas pequeñas como uvas, fresas, frambuesas y arándanos, que no requieren pelarse y son fáciles de comer para los niños.

6. Alternativas saludables: Frutas deshidratadas

Si preparar fruta fresca cortada parece complicado, una alternativa práctica es enviar frutas deshidratadas. Estas conservan gran parte de sus nutrientes y son fáciles de transportar. Las frutas deshidratadas, como albaricoques, pasas, arándanos y dátiles, proporcionan una opción rica en minerales y fibra, perfecta para los niños. Sin embargo, es importante no abusar de ellas, ya que suelen ser más densas en azúcar que las frutas frescas.

Consejo: Asegúrate de guardar las frutas deshidratadas en un recipiente hermético y en un lugar fresco para evitar que se resequen o desarrollen moho.

7. Brochetas de frutas: Una opción divertida

Presentar la fruta de manera creativa puede aumentar las probabilidades de que los niños la coman. Una forma divertida es preparar brochetas de frutas combinando diferentes colores y texturas. Puedes alternar trozos de melón, sandía, piña y fresas en palitos de brocheta, lo que hará que la fruta sea más atractiva para los niños.

Consejo adicional: Usa cortadores de galletas para dar formas divertidas a las frutas, como estrellas o corazones. Esto añadirá un toque de creatividad a la merienda de tus hijos.

8. La fruta entera como la mejor opción

A pesar de los esfuerzos para evitar la oxidación, en muchas ocasiones la fruta entera sigue siendo la opción más práctica y saludable. Las frutas como el plátano, la mandarina, la manzana y la pera se pueden llevar fácilmente al colegio sin necesidad de cortarlas. Estas frutas tienen la ventaja de estar protegidas por su piel, lo que reduce la posibilidad de oxidación y contaminación. Además, enseñar a los niños a pelar sus propias frutas fomenta la independencia y la responsabilidad.

fruta temporada

9. Considera las preferencias de tus hijos

Es fundamental tener en cuenta las preferencias de los niños al seleccionar las frutas para llevar al colegio. Hablar con ellos sobre sus frutas favoritas e involucrarlos en el proceso de preparación puede hacer que estén más dispuestos a comerlas. Alternar entre diferentes tipos de frutas cada semana puede mantener el interés y evitar que se aburran.

10. Incluir verduras como alternativa

Si bien la fruta es una opción excelente, no debemos olvidar que las verduras crudas también pueden ser un snack saludable y delicioso. Verduras como zanahorias, apio o pepinos son fáciles de preparar y transportar. Puedes incluso acompañarlas con un poco de hummus o algún dip saludable para hacerlas más atractivas.

Recuerda que la clave está en la planificación, la creatividad y la variedad. Involucrar a los niños en la selección y preparación de sus frutas no solo los motivará a comerlas, sino que también les enseñará la importancia de llevar una dieta equilibrada y saludable. ¡A disfrutar de las frutas!

Foto principal de Bonnie Kittle

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