Perelló, la manzana que une tradición y sabor

Hoy os quiero contar la historia de uno de esos productos que, lamentablemente, parece estar condenado a desaparecer con el paso del tiempo. Son tesoros locales que nos conectan con nuestras raíces y nos ofrecen sabores auténticos e inigualables, pero que se ven amenazados por el enorme esfuerzo que requiere su cultivo y por la falta de interés de las nuevas generaciones en dedicarse al trabajo del campo. Estoy hablando del perelló, una manzana endémica de las montañas de Alicante que no es ni pera ni manzana, sino una fusión maravillosa de ambos frutos.

Esta fruta tiene un carácter único que ha sabido resistir el paso de los años en las comarcas de La Marina y el Comtat. Lo que más la distingue es su piel terrosa y su forma especial de maduración: se recoge verde y, con el frío del almacenamiento, va adquiriendo su característico color marrón. Este proceso de maduración en frío es fundamental para que la fruta alcance el punto perfecto para su consumo.

Antes de salir al mercado, el perelló pasa por un proceso tradicional llamado “acanellat”(posiblemente de acanellar, Donar a una cosa color o sabor a canella, llamado así porque la fruta adquiere un color similar al de la canela durante este proceso), que consiste en dejar la fruta en una habitación sin ventilación, cubierta con telas durante casi un mes. Este cuidado especial ayuda a consolidar su color marrón y mejora su conservación, permitiendo que el fruto mantenga su calidad durante varios meses. Aunque su color pueda hacer pensar a algunos que está dañado, en realidad está en su punto óptimo de maduración.

A pesar de su encanto y singularidad, la producción del perelló ha ido disminuyendo notablemente en los últimos tiempos, debido a los cuidados intensos que requiere para evitar plagas y al cada vez menor interés de los jóvenes por continuar con esta tradición agrícola, lo que pone en riesgo su conservación.

La mayoría de la producción actual de perelló se concentra en pueblos como Cocentaina, en el Comtat, y en algunos municipios de la Vall d’Alcalà. Como la cosecha es limitada, su comercialización queda restringida a mercados muy cercanos, principalmente en las comarcas del sur de la Comunidad Valenciana, lo que reafirma su condición de producto de proximidad, valioso por su tradición y singularidad local.

Feria del Perelló en La Vall d’Ebo, un homenaje a la tradición

fira perelló manzana
Imagen de Las Provincias

Una de las mejores formas de mantener vivo el espíritu del perelló es la Fira del Perelló (Feria del Perelló), que se celebra cada año el tercer fin de semana de noviembre en La Vall d’Ebo. Este evento reúne a locales y visitantes para disfrutar de la fruta que da nombre a la fiesta y para celebrar la cultura, la música y la gastronomía tradicional de la zona.

Durante la feria, se organizan rutas guiadas por los paisajes montañosos donde crece esta peculiar manzana, dinars populars (comida popular) con platos elaborados a base de perelló y conciertos que animan el ambiente festivo. También hay talleres para todas las edades, exposiciones de productos artesanos y demostraciones de oficios tradicionales, haciendo de la feria una experiencia completa y llena de vida.

Además de ser una oportunidad para degustar y comprar productos locales, la Feria del Perelló es un momento para reivindicar la importancia de cuidar y preservar este cultivo único que necesita un clima frío para madurar y que sustenta la economía de la Marina Alta.

El perelló y su versatilidad en la alta cocina

El perelló no es solo una fruta para el consumo tradicional; últimamente ha conquistado también las cocinas más innovadoras gracias al chef Evarist Miralles, del restaurante Nou Cavall Verd en la Vall de Laguar. Este chef ha desarrollado más de 40 recetas que tienen al perelló como protagonista, explorando desde la cocción al vapor hasta fermentaciones y preparaciones a la brasa.

Entre sus creaciones destacan platos como lomo de ciervo con jugo de perelló y setas, tarrinas de conejo acompañadas con un alioli suave de perelló asado y elaboraciones dulces como los pastelitos de hierbas con salsa de sobrasada. La piel del perelló, con su aroma intenso y azúcares naturales, es un recurso clave en sus platos para aportar profundidad y personalidad.

Miralles también ha utilizado el perelló para hacer dulces tradicionales valencianos como el ‘arrop i tallaetes‘ y para innovar con productos como longaniza de pato trufada con guarnición y salsa basada en esta fruta autóctona, demostrando que el perelló es un ingrediente de alta cocina con infinitas posibilidades.

perelló manzana
Receta elaborada con Perelló por Evarist Miralles
Imagen de Denia.com

El futuro del perelló: Tradición y reto

El perelló es más que una manzana o una fruta de montaña, es un símbolo que representa la identidad cultural, la biodiversidad y las tradiciones gastronómicas de Alicante. Pero su futuro está en juego. La dificultad de su cultivo, la baja producción y la ausencia de relevo generacional son realidades que amenazan su existencia.

Por eso, iniciativas como la Feria del Perelló y la apuesta de chefs como Evarist Miralles son vitales para dar valor a este fruto y promover su consumo. Desde aquí, invito a todos a conocer, disfrutar y apoyar los productos autóctonos, porque conservarlos es también conservar nuestra historia y nuestras raíces. El perelló merece volver a tener un lugar destacado en nuestra mesa y en nuestras cocinas.

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