Coca a la pala y el encanto de lo tradicional

Para la receta de hoy nos vamos al corazón del Vinalopó Mitjà, un territorio lleno de historia, tradición y sabores auténticos donde las cosas simples saben a gloria. Aquí vamos a preparar una de esas joyas humildes y deliciosas que han hecho la felicidad de tantas familias en Alicante: la coca a la pala. Un pan plano que ha acompañado almuerzos, meriendas y cumpleaños durante generaciones. Si nunca la has probado, prepárate para descubrir cómo con pocos ingredientes podemos crear algo realmente especial y cargado de cultura local.
¿Qué es la coca a la pala?
Las cocas a la pala, también conocidas como coques a la pala, son un pan plano y aceitado muy típico de la comarca del Vinalopó Mitjà. Esta comarca del interior de la provincia de Alicante engloba municipios llenos de historia y tradición como Petrer, Elda, Novelda, Monforte del Cid, Aspe, La Romana y Monóvar. Además, la coca a la pala es también muy popular en Agost, un pueblo situado al oeste de la ciudad de Alicante.
Lo que hace especial a estas cocas es que no llevan levadura, por lo que se elaboran con una masa sencilla de harina, agua, aceite de oliva y sal. Esta simplicidad facilita su preparación y les da una textura fina y crujiente, muy diferente de los panes tradicionales más aireados y mullidos.
El nombre “a la pala” proviene del tradicional método de cocción: Antiguamente, las cocas se cocinaban sobre palas de hojalata o hierro que estaban previamente calentadas sobre brasas. Esta técnica directa sobre el hierro caliente les otorga un dorado característico y ese delicioso “sucarraet” que tanto gusta, un acabado crujiente que es parte fundamental de su sabor y textura.
Más que un simple pan, la coca a la pala es un símbolo de la vida y las costumbres del Vinalopó Mitjà. En estas tierras, este pan fue la comida básica para jornaleros y arrieros que necesitaban un alimento fácil, económico y nutritivo durante las duras jornadas. Habitualmente, se acompaña de salazones, quesos, embutidos y el insustituible aceite de oliva virgen extra, potenciando así los sabores tradicionales de la zona.
Cómo preparar la auténtica coca a la pala
Una de las cosas que sorprende a quienes descubren la coca a la pala es lo simple que es la masa. Los ingredientes esenciales son harina, agua, aceite de oliva y sal. La ausencia de levadura hace que la masa sea muy manejable, fácil de aplanar y que el pan quede con una textura más bien densa pero crujiente y muy sabrosa.
Este método, heredado de tiempos antiguos cuando no había hornos eléctricos ni medios sofisticados, ha sobrevivido gracias a la perseverancia de quienes mantienen viva la tradición familiar.
Ingredientes:
- 250 gramos de harina común
- 100 ml de aceite de oliva virgen extra
- 100 ml de agua
- 1 cucharadita de sal
Elaboración:
- Mezcla en un bol la harina con la sal.
- Forma un volcán en la harina y añade el aceite poco a poco mientras mezclas con una cuchara de madera.
- Añade el agua y mezcla. Entonces amasa con las manos limpias hasta obtener una textura uniforme y suave.
- Forma bolas pequeñas de masa y aplánalas bien con las manos hasta conseguir la forma deseada.
- Calienta bien la pala de hojalata o una sartén, coloca la coca y cocina hasta que ambas caras estén doradas y crujientes.
- Si haces varias, cúbrelas con un paño para que no se enfríen.
Coca de pala: Receta tradicional sin levadura y variantes con levadura y huevo
Como suele pasar con muchas cosas en la cocina, no todo es blanco o negro ni existe una verdad absoluta sobre las recetas. Cada pueblo, cada familia, tiene su manera propia de hacer esta maravilla. Yo he visto un montón de recetas donde incluyen levadura y huevo entre los ingredientes. Seguro que en algunos pueblos o restaurantes las hacen más gorditas y esponjosas, con ese volumen que aporta la levadura para una textura más suave y aireada.
Pero yo hoy quiero quedarme con la versión tradicional que aprendí y que se hacía en un horno con mucha historia, como el horno El Boix de Petrer. Allí, la preparación era fiel a las raíces más humildes y auténticas.
Por eso, aunque cada versión tenga su encanto y sus seguidores, para mí esta receta sencilla y auténtica representa lo que de verdad hace especial a la coca de pala: un pan humilde, lleno de historia, sabor y ese encanto de lo hecho con cariño y respeto por las raíces.
Cuándo se suele tomar y con qué acompañarla

La coca a la pala es un clásico que normalmente se disfruta en invierno, cuando el frío aprieta y se busca un alimento sencillo, nutritivo y reconfortante. Era la comida habitual de jornaleros, arrieros y trabajadores del campo que necesitaban algo rápido y contundente para calmar el hambre durante sus largas jornadas. También es común en almuerzos o meriendas familiares, cuando se quiere compartir algo tradicional y casero.
En cuanto a los acompañamientos, esta coca no necesita grandes elaboraciones para brillar. Lo habitual es untarla con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, que realza su textura crujiente y su sabor. Es tradicional servirla con salazones como mojama o anchoa, embutidos como longaniza o morcilla. También combina perfectamente con quesos frescos o curados, haciendo de cada bocado una experiencia llena de sabor y raíces mediterráneas.
