Comemos con la vista
¿Sabías que el color de la vajilla influye en la percepción del sabor de la comida? Comemos con la vista y hay estudios que lo demuestran.
Dentro de la gastronomía, el estilismo cobra mucha importancia. La forma de colocar los alimentos en el plato, la vajilla utilizada e incluso la combinación de colores de los ingredientes, son factores que influyen hasta el punto de determinar que un plato sea todo un éxito.
Probablemente lo has experimentado en carne propia: hay platos que nada más verlos provocan que se nos haga la boca agua, ¡aunque hayamos comido hace poco! Incluso en redes sociales la vistosidad de los alimentos ha creado una categoría propia. Seguro que te has encontrado más de una publicación con la etiqueta #FoodPorn, utilizada para representar aquellas elaboraciones culinarias que nos llenan los ojos por su textura, volúmenes, colores, etc.
El color de las platos estimulan el apetito
Los colores lo condicionan absolutamente todo, en la ropa revelan tu estado de ánimo y en los platos influyen en tu apetito.
Los estudios demuestran que hay colores que estimulan y otros que disminuyen el apetito:
El color azul en los platos provoca desagrado y esta percepción favorece la disminución del apetito. Está considerado un color supresor del apetito.
El color verde tiende a relacionarse con la naturaleza y lo saludable, por lo que nos estimula el apetito. Lo identificamos con cosas que nos van a sentar bien.
El color rojo y amarillo son colores muy vivos y esto se traduce en un aumento de la estimulación. La comida en ellos se percibe como más apetitosa.
El color blanco nos aporta sensación de limpio, es quizás el color más utilizado en los restaurantes porque trasladan el foco de atención únicamente a la comida.
La última tendencia en platos blancos son los platos de mármol como los que fabrican en Vetamarmol. Predominan los blancos, aunque los hay de otras tonalidades también.
Estos transmiten pureza y aportan mucha luz, por lo que son cada vez más utilizados tanto en restaurantes como en las casas particulares.
Otra curiosidad sobre los platos blancos es que nos evocan sensación de dulzor en la comida ¿será porque nos recuerda al azúcar?
El tamaño del plato también influye en nuestro apetito
El hambre visual no sólo está relacionada en el color sino también en el tamaño de los platos. Y es que aunque nos parezca imposible, está demostrado que comer en un plato llano nos hace comer menos que en uno hondo.
Pues sí, si servimos la comida en un plato hondo realmente comemos más cantidad de la que visualmente percibimos.
De hecho muchos nutricionistas recomiendan en caso de querer perder peso, que se utilicen los platos de postre porque a pesar de ser pequeños nos sentimos satisfechos, ya que nuestra sensación de saciedad se guía por el volumen que vemos en el plato.
Y es que al final la cantidad es relativa, ¡que se lo digan a las abuelas, que no se quedan contentas ni cuando dejamos el plato reluciente!
¿Te han parecido interesante las curiosidades de por qué comemos con la vista?
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