Cochinillo Segoviano: Sabor y cultura en un solo plato

Foto de Diego Allen

El cochinillo asado de Segovia es uno de los tesoros culinarios de Castilla y León, y se ha ganado la fama de ser uno de los platos más icónicos de toda España.

No obstante, la clave para que esta delicia sea realmente excepcional radica en la elección de un auténtico cochinillo de Segovia. Es este componente el que otorga a la preparación su inconfundible combinación de carne jugosa y piel crujiente.

El arte de preparar Cochinillo Segoviano

La receta del cochinillo Segoviano al horno puede parecer sencilla, pero conseguir ese resultado exquisito que todos anhelamos es todo un desafío culinario. A menudo, se disfruta en la comida de Navidad o Año Nuevo, pero hoy en día, gracias a la magia de la tecnología, puedes comprar cochinillo de Segovia en línea con un simple clic y saborearlo en cualquier ocasión.

Preparación paso a paso

La tradición dicta que el cochinillo se debe asar en el horno únicamente con agua y sal, y, si es posible, en un horno de leña para un sabor aún más sublime. No obstante, es importante destacar que esta exigencia no es un requisito inquebrantable, y se puede lograr un resultado impresionante incluso en un horno eléctrico.

La calidad de la materia prima es fundamental para garantizar una experiencia culinaria de primer nivel. Por lo tanto, la adquisición de un cochinillo de Segovia auténtico es esencial.

El placer de ver a tu familia disfrutar de esta delicia y las felicitaciones que recibirás sin duda compensarán cualquier esfuerzo que debas hacer.

Paso 1: La búsqueda del cochinillo perfecto

El cochinillo ideal debe pesar alrededor de 4,5 a 5,5 kilogramos, aproximadamente, y es esencial adquirirlo en un lugar de confianza que ofrezca garantías de calidad. Pide que lo preparen completamente limpio y que lo corten desde la mitad de arriba hacia abajo.

El Arte del mantecado para realzar el Cochinillo Segoviano

El cochinillo asado de Segovia es una delicia culinaria inigualable, y uno de los secretos detrás de su sabor excepcional radica en la preparación de la manteca de cerdo. Aunque esta técnica puede parecer similar a la mencionada anteriormente, es crucial para realzar el cochinillo de Segovia y darle su sabor distintivo.

Paso 2: El secreto de la manteca

La manteca de cerdo es un ingrediente esencial en la preparación del cochinillo segoviano, y su correcta elaboración es fundamental para lograr el sabor auténtico que caracteriza a esta receta tradicional. Aquí se detalla el proceso:

Derrite la manteca de cerdo: El primer paso es derretir la manteca de cerdo. Este proceso se realiza a fuego bajo, permitiendo que la manteca se funda lentamente. Este paso es crítico para asegurarse de que la manteca no se queme y que mantenga su sabor puro y su calidad.

Añade los sabores: Una vez que la manteca esté completamente derretida, se le añaden sabores que realzarán el sabor del cochinillo. Esto incluye dos dientes de ajo picados en trozos pequeños, que aportarán un aroma y sabor distintivos. Además, se incorporan hierbas junto con sal gorda para potenciar aún más el perfil de sabores.

Mezcla con cuidado: Asegúrate de mezclar los ingredientes con esmero para que los sabores se integren a la perfección. La manteca de cerdo actúa como un vehículo para llevar estos sabores a cada rincón del cochinillo durante la cocción.

Preparación con anticipación: Aquí, se encuentra un consejo valioso. Si tienes la oportunidad, puedes preparar la manteca de cerdo aromatizada el día anterior al asado. Al permitir que los sabores se mezclen durante un período prolongado, se intensificarán y mejorarán el resultado final.

La manteca de cerdo aromatizada desempeña un papel esencial en la creación de una costra dorada y crujiente en la piel del cochinillo, que es una de las características distintivas de esta receta. Al embadurnar el cochinillo con esta manteca antes de la cocción, se garantiza que la piel se convierta en una deliciosa capa crujiente que hace que cada bocado sea una experiencia inolvidable.

Paso 3: La preparación del cochinillo en el horno

Antes de introducir el cochinillo en el horno, es fundamental precalentarlo a 150ºC durante varios minutos. Mientras tanto, utiliza una brocha para untar el cochinillo por dentro con la mezcla de manteca, especias, ajo y sal.

Una vez bien embadurnado, coloca el cochinillo en una fuente de barro de tamaño generoso. Si no tienes una fuente de barro, la bandeja del horno servirá. El cochinillo debe estar siempre posicionado boca arriba. En la parte inferior de la bandeja o fuente, añade varias hojas de laurel y un vaso de agua, asegurándote de no mojar la piel del animal.

Otro detalle importante es pinchar toda la superficie del cochinillo con un tenedor o una aguja y luego untarlo con la mezcla de manteca sobrante. Esto garantizará que la piel quede crujiente y deliciosa al final de la cocción.

Paso 4: La magia del asado

Una vez que el cochinillo esté preparado en el horno, siempre a 150ºC, no olvides activar la opción de calor arriba y abajo. Programa un tiempo de una hora y media y, de vez en cuando, aplica el jugo que vaya soltando por encima del cochinillo. Si notas que la bandeja o la fuente se están quedando sin agua, añade un poco más. No permitas que se seque.

Cuando el cochinillo esté casi listo, sube la temperatura del horno a 190ºC para lograr el dorado perfecto y la piel crujiente que todos anhelamos. Recomendamos no utilizar la función de grill para dorar el cochinillo; en su lugar, aumenta el calor y deja que se dore un poco más en el horno. Si notas que algunas partes se están tostando demasiado rápido, como las patas, el rabo o las orejas, puedes cubrirlas con papel de aluminio.

En total, el cochinillo debe asarse durante aproximadamente 2 horas. Si pesa menos de 5 kilogramos, no es necesario darle la vuelta, pero si supera ese peso, es importante voltearlo a la mitad del tiempo de cocción y luego volver a colocarlo boca arriba en la última media hora o veinte minutos para que termine de asarse.

Paso 5: Listo para servir

Cuando la piel esté crujiente, es el momento de sacar el cochinillo del horno. Es crucial no dejarlo reposar con el calor residual, ya que la piel crujiente es su característica distintiva, junto con la grasa de la carne.

Una vez fuera del horno, trocea el cochinillo y coloca la salsa en otro recipiente para que los comensales puedan servirse a su gusto. Un consejo importante: evita verter la salsa sobre la piel crujiente, ya que la ablandaría y no podrías disfrutar de la textura inigualable del cochinillo.

La mejor guarnición para acompañar al cochinillo asado suele ser una ensalada, generalmente de escarola, aunque cualquier otra ensalada servirá. Acompaña el festín con un buen vino tinto y, por supuesto, en la mejor compañía. Este plato se disfruta en familia o entre amigos, compartiendo las delicias de un manjar incomparable.

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